
La sombra acompañada por la noche.Llegó a la orilla de la casa, Golpeó la puerta de la mano.Del viento, y la tormenta.Entró por la ventana.Sin que le abriera nadie. En el fuego aguardaba.Una olla con sopa de cebollas.Como debía ser en los inviernos.Y siempre que el dinero les faltara. No había relojes ni almanaques,
Ella sabía esperar, Dejar pasar las nubes. Encima de la ausencia. Sería su destino, Como fue el de su madre. Jamás salió de la comarca. Ni dejó de buscar despacio,
Nunca llegó a enterarse del naufragio.Ni entristeció por la paciente espera. Una noche él por fin llegó, se dijo,
O ella fue hacia él, tal vez, fue extraño. Acompañada por las sombras, Y el sonido del mar, Serenamente desapareció, Andando suave sobre pies sin barco. La chimenea sigue humeando,
La noche acompañada por la luna. Se aleja de la casa iluminada. Desde el camino alguien percibe
Dos sombras en el mar que se abrazaban, Dos sombras en el mar con pies sin barco.
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