8.24.2008



Los vaivenes de la vida pueden discurrir entre caminos cortados. Muros de hormigón se presentan ante nosotros para hacer de los sueños odas imposibles, y los sueños cansados se echan a dormir en la cama del azar esperando ingenuamente que el devenir del tiempo se pronuncie.
Los muros son sólo muros, nada hay que nos hable, a priori, de su fuerza, y es que hay muros que de finos son eternos, y muros gordos que el suspiro del tiempo derrite en el olvido.
Hay muros que nunca se abrirán, muros que se abren o que el tiempo abre, y están los que derruidos ofrecen sendas que ya no queremos pisar, demasiado tarde, y aunque pronuncien tu nombre y te llamen prefieres aguardar, como si ya no fuera ése tu sueño.
El despertar de sueños dormidos se hace exigente con el tiempo, supongo que para dar sentido a la espera, y ya no basta con que se asemejen porque en este punto lo queremos todo... o no queremos nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Son hermosos tus escritos...
Y casi siempre me veo reflejado en ellos...
Gracias por aclarar caminos... como un faro, asegurando que pocos encallen...
Besos
Leo

Anónimo dijo...

El despertar de sueños dormidos se hace exigente con el tiempo... De alguna manera uno esta predestinado a cumplir sus sueños, de alguna manera, terminamos haciendo aquello que vinimos a hacer...

besos,
Andrea